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martes, 20 de marzo de 2012

TIPOS DE TRONERAS

Tronera convencional:
Inicialmente, las fortificaciones contaban con meras hoquedades rectangulares practicadas en los muros frontales, siendo muy comunes en los emplazamientos de la sierra procedentes de las primeras etapas de fortificación de líneas defensivas, y que podemos ver habitualmente en casamatas de tipo semi-elíptico o de aprovechamiento. Generalmente se utilizaban con fusiles, puesto que el emplazamiento y uso de una ametralladora en este tipo de troneras resultaba realmente complicado.

Tronera de embudo:
Con el fín de conservar el ángulo de tiro, y a su vez permitir el emplazamiento de ametralladoras, se comenzaron a construir fortificaciones con troneras de embudo. Estas, también conservaban su forma rectangular, aunque en este caso, tenían un tamaño mayor en la parte exterior de la fortificación con respecto a la interior, conformando un embudo rectangular que se proyectaba de dentro hacia fuera. Dotaba al tirador de un mayor ángulo de tiro y posibilitaba el emplazamiento de una ametralladora que pivotase sobre un eje o un trípode, aprovechando así el ángulo ganado con este tipo de tronera. Es la más común.


Tronera de embudo invertido:
Viendo los problemas de visión y escasez de ángulo de tiro que presentaban las troneras convencionales, durante un breve espacio de tiempo, se construyeron fortificaciones con la tronera de embudo invertido. Estas conservan su forma rectangular, pero presentan un tamaño mayor en la parte interior de la fortificación con respecto a la exterior. Permitían ganar ángulo de tiro durante su utilización pero obligaban al tirador a desplazarse lateralmente para cambiar la dirección de disparo, lo que resultaba incomodo y seguía impidiendo el emplazamiento de una ametralladora, que era lo que convertía la fortificación en un mortífero elemento defensivo.



Tronera de embudo mixto:
En algunos frentes, y especialmente en las líneas republicanas, se construyeron fortificaciones con troneras de embudo doble o mixto. son semejantes a las troneras de embudo, aunque la parte más pequeña del hueco no se encuentra en el interior de la fortificación, sino levemente adelantada, aproximádamente en la tercera parte del grosor del muro desde el exterior. Permitía ganar un poco más de ángulo de tiro, y mejora el aprovechamiento de los laterales de la tronera, para operar con un fusil, frente a las troneras de embudo normales.



Tronera de embudo escalonado:
Con la evolución de la contienda, se observó un fallo en el diseño de las troneras de embudo en todas sus variantes. Cuando un proyectil disparado por un atacante impactaba en las paredes del embudo, este rebotaba hacia el interior causando la baja de alguno de sus ocupantes. De hecho, entre las tropas marroquíes de Franco llegó a haber auténticos expertos en inutilizar fortificaciones de este modo. Así, se empezaron a construir fortines con troneras de embudo escalonado. Estas cuentan con una forma semejante a las de embudo normal, aunque con un perfil escalonado, de modo que presentaba siempre superficies perpendiculares al fuego enemigo, haciendo que los proyectiles que impactasen en el embudo rebotasen hacia el exterior en lugar de hacerlo hacia el interior. Este tipo mantiene las características de visión lateral que la tronera de embudo, y a su vez anula los peligros por rebotes de proyectiles hacia el interior, suponiendo la última evolución durante la Guerra Civil. De hecho, este diseño fue adoptado por los contendientes de la II Guerra Mundial, encontrando fortificaciones con este tipo en famosas líneas fortificadas como la Línea Maginot francesa o el imponente Muro Atlántico alemán.







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