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domingo, 27 de noviembre de 2022

Petrer y los niños de la guerra

 

Petrer y los niños de la guerra


Mª Carmen Rico Navarro  27 noviembre 2022
Petrer y los niños de la guerra
Las hermanas Puri y Amparo Montesinos Cantó, su prima Merce Sanjuán Cantó junto a su abuelo Tonet Cantó Manchón y Gabriel Bernat Giménez.

Esta es la crónica de un acontecimiento que ocurrió en Petrer en 1936, es la historia de una acogida. Como consecuencia de la terrible Guerra Civil que azotó a España, fueron muchos los niños evacuados de Madrid y de otros puntos del territorio nacional que tuvieron que huir y desplazarse hasta distintos puntos de nuestra geografía con el fin de poder estar más seguros y protegidos. Petrer estaba en la retaguardia y aquí tuvieron lugar y se vivieron algunas de esas historias de acogida que, sin duda, marcaron la vida de sus protagonistas.

Estamos seguros de que todas ellas fueron muy especiales, pero nosotros nos referiremos a la que tuvo como protagonista al niño Gabriel Bernat Giménez. El pequeño Gabriel nació en el barcelonés barrio de Gracia el 2 octubre de 1929 y era hijo del cónsul de Uruguay en la ciudad condal. Su madre, María, procedente de Artea (Zaragoza) era la hija del veterinario de este pueblo y al quedar viuda emigró, junto a sus cuatro hijos, a Barcelona en busca de una vida mejor. María era la menor de los cuatro hermanos y casó con el padre de Gabriel que murió siendo cónsul de Uruguay en febrero de 1934. Su madre se trasladó a Madrid con su hijo Gabriel puesto que allí vivía su hermana Eugenia.

Antonio Cantó Manchón y su esposa Mercedes Ganga Amat. Años 30.

Desde el comienzo de la Guerra Civil tuvieron lugar desplazamientos forzosos de personas al compás de las ofensivas del ejército sublevado y las sucesivas derrotas del ejército de la República. Al estallar la guerra en 1936, el gobierno de la República ante el avance de las tropas franquistas decidió evacuar a 3.000 niños españoles a la URSS, concretamente a Odesa, entre 1937 y 1938. Otra parte de pequeños a la provincia de Alicante. Gabriel recuerda que en la capital para dejar salir a los pequeños había dos colas y alguien le dijo a su madre que si se iba a Rusia posiblemente no volvería a ver a su hijo, como así ocurrió con la mayoría de niños cuyos padres optaron por esa opción. El ahora nonagenario recuerda como durante todo el trayecto hasta Petrer cantaban canciones, algunas de ellas con fuerte significado propagandístico.

Fue el 28 noviembre de 1936, ese día de otoño de hace ahora 86 años llegaron a Petrer procedentes de Madrid casi un centenar de niños y niñas evacuados. El viaje, en camión, duró cuatro días y los pequeños fueron repartidos entre distintas familias de acogida. Dejaron atrás los bombardeos, los sobresaltos y una vida incierta.

Niños evacuados en Madrid.

Y es aquí cuando entran en acción los otros protagonistas de nuestra historia Antonio Cantó Manchón conocido posteriormente por todos como Tonet el del bar y su joven esposa Mercedes Ganga Amat, natural de Sax, que fueron los padres de acogida de este niño. Ese día, después de una larga jornada de trabajo en la fábrica Tonet que era zapatero y su mujer se dirigieron al lugar donde “repartían” a los niños que habían llegado desde la capital. A Victoria, Julia, Paquita, Milagros, Carmen, Magdalena Madita, Felisa, Dioni y Saturnino ya los habían recogido. Cuando llegó el matrimonio era el único niño que quedaba, un niño lloroso y desvalido. La pareja se había casado no hacía mucho tiempo, todavía no tenían hijos y se conmovió al verlo tan solo y tan triste. Tanto Tonet como su esposa tenían un gran corazón y eran muy sensibles a los temas sociales. El propio Gabriel recuerda que era uno de los más pequeños que vino a Petrer, tenía 7 años, y que se quedó el último porque, según sus propias palabras, “espantaba” y solo hacía que decir entre sollozos: “Quiero a mi mamá, mamá”. Tonet se dirigió a él y le preguntó: “¿Quieres venir conmigo?” a lo que el niño respondió aliviado afirmativamente. Fue así como se llevaron y acogieron en su hogar a esta desvalida criatura. Una vez en casa, se pasó toda la noche llorando y acordándose de su madre que estaba en Madrid.

Dolores Amat Brotons madre de Mercedes Ganga Amat, cuidó de Gabriel mientras sus padres adoptivos trabajaban.

Gabriel era hijo del cónsul de Uruguay en España y durante su estancia en Petrer jugó un papel fundamental en su cuidado Dolores Amat mientras su hija Mercedes y su yerno Tonet trabajaban. Estuvo en Petrer dos años y durante este tiempo lo llevaron a una escuela particular, regresando a Madrid en 1938. Poco después de su regreso a la capital nació Amparo, la hija mayor del joven matrimonio.

Gabriel con sus padres adoptivos. Año 1936.

El pequeño Gabriel creció, se hizo un hombre y siempre recordó a esos padres que lo adoptaron y lo trataron como a un hijo. Fue durante la Semana Santa de 1970, 32 años después de que se marchará cuando decidió volver para reencontrarse con esos padres que lo habían tratado con tanto cariño. Aunque no había vuelto al pueblo siempre tenía presente a su familia y en Petrer, aunque no sabían nada de él siempre lo recordaban y se preguntaban qué habría sido de su vida. Cuando volvió a nuestro pueblo se fue directamente a recabar información del Ayuntamiento pues tan solo recordaba los nombres de sus padres adoptivos “el Sr. Antonio, la Sra. Mercedes y la abuela la Sra. Dolores”. En el Ayuntamiento con tan escasa información poco lo pudieron ayudar. Por otra parte, Antonio en Petrer era conocido por todos como Tonet y en el Ayuntamiento decidieron mandarlo a la casa de otro evacuado Saturnino que también vino en aquella expedición y se había casado en Petrer con Victoria Sanbartolomé. Satur y Victoria tampoco pudieron ayudar mucho, pero casualmente eran vecinos de Amparo, la hija mayor de Tonet y, casualidades del destino, en ese momento ella apareció por la casa del matrimonio. Gabriel, junto a su esposa y su hijo, ya salían de la casa y Amparo se interesó por saber quiénes eran esas personas forasteras. Al contárselo Victoria fueron corriendo a buscarlos y decirles que ya habían encontrado a la familia que buscaban. El reencuentro fue muy emocionante pero desgraciadamente solo vivía Tonet, su esposa había fallecido un año antes y la abuela hacía unos meses. Él nunca olvidó esos dos años en Petrer junto a una gente buena que lo crió como a un hijo.

Gabriel Bernat Giménez, protagonista de esta historia, en una foto de estudio. Año 1936.

Aquel niño que vino a Petrer con el tiempo fue diplomático, en la actualidad vive en Barcelona y tiene 93 años. Es un hombre sencillo, amable y carismático que ha estado varias veces en Petrer y sigue manteniendo contacto con su familia petrerina. Regresó en 2000 con motivo de la capitanía del hijo de Tonet, Antonio Cantó Ganga y de su hijo Gabriel que, por cierto, lleva el nombre de aquel niño de acogida que a pesar de los años transcurridos guarda en su corazón la bondad de estas personas que en una época de penalidades compartieron su vida con él y el destino y la educación que recibió lo convirtieron en un hombre de bien. La última vez que estuvo en nuestro pueblo fue en el 2006 cuando murió Antonio Cantó Ganga, el hijo de Tonet, despidiendo el duelo como un hermano más. Gabriel fue un niño de acogida que ha llevado a Petrer siempre en el corazón.

Las hermanas Amparo y Mercedes Cantó Manga con Gabriel y el niño Luis Sanjuan Cantó. Navidad, 1983.


martes, 22 de noviembre de 2022

El día en que acusaron a Miguel Hernández de matar a José Antonio

 

El día en que acusaron a Miguel Hernández de matar a José Antonio

El poeta fue sometido a constantes palizas para que confesara el supuesto delito

Miguel Hernández lee un discurso en la plaza Ramón Sijé de Orihuela antes de escribir su elegía
 Miguel Hernández lee un discurso en la plaza Ramón Sijé de Orihuela antes de escribir su elegía larazon

domingo, 20 de noviembre de 2022

Los lugares y monumentos que quedan de la Guerra Civil y la Dictadura en la Marina Alta

 

Los lugares y monumentos que quedan de la Guerra Civil y la Dictadura en la Marina Alta

20 DE NOVIEMBRE DE 2022 - 08:29

Esta semana, la Conselleria de Participació, Transparència, Cooperació i Qualitat Democràtica ha publicado una actualización del Catálogo de Vestigios de la Guerra Civil y la Dictadura del territorio valenciano. En la lista también aparece una relación de elementos contrarios a la memoria democrática y a la dignidad de las víctimas que deben ser retirados o eliminados próximamente.

Este catálogo se ha renovado para incluir aquellos vestigios que han sido comunicados a la Conselleria de Calidad Democrática y los que han sido retirados hasta la fecha. Los nuevos o aquellos que todavía perduran deben ser eliminados y, tanto los ayuntamientos como las comunidades de vecinos, deben llevar a término su retirada para dar cumplimiento a la normativa vigente.

La Conselleria de Calidad Democrática ha remitido un escrito a todos los ayuntamientos titulares de los vestigios que aparecen en el catálogo y que no hubiesen sido retirados. Se les ha hecho constar, en todos los casos, que de no retirar los vestigios contrarios a la memoria democrática de forma voluntaria, en el plazo de un mes, se incoará de oficio el procedimiento para la retirada de dichos elementos, de acuerdo con lo previsto en la Ley 14/2017 de Memoria Democrática y para la convivencia de la Comunitat Valenciana.

En la última actualización de la lista se han incluido un total de 82 comunicaciones con la localización de 52 nuevos vestigios sobre los que no había información. Además se ha constatado la retirada de vestigios incluidos inicialmente en el catálogo publicado en 2021. Deforma que, por el momento, se han retirado, suprimido, eliminado o revocado un total de 43 vestigios entre símbolos, placas, nombres de calles o espacios públicos, honores y otros. De estos, 14 se encontraban en diferentes municipios de Castelló, 8 en la provincia de Alicante y 21 en la de València.

Vestigios de la dictadura en la comarca

Los municipios de la Marina Alta tienen cabida en el catálogo, tanto por albergar localizaciones con vestigios ya retirados como por señalar lugares en los que permanecen expuestos. De entre todos los pueblos, solamente uno tiene lugares y monumentos de estas características abiertamente declarados por el Ayuntamiento, el cual debe deshacerse de ellos.

Los únicos indicios pendientes de retirar

Hablamos de Benissa. El vestigio más llamativo se ubica en la partida rural de Pinos, concretamente en la plaza de la ermita. En medio de esta localización todavía se puede visitar una cruz de titularidad local, que se implantó en este lugar como símbolo de la Guerra Civil y posterior dictadura franquista, y que cuenta con la inscripción «Año de la Victoria 1939».

Además, el listado pone el foco en cinco calles benisseras donde se hallan algunas placas de la falange en Viviendas de Protección Oficial (VPO) del Ministerio de la Vivienda que albergan el yugo y las flechas como símbolo. Todas de titularidad privada, se instalan, según el catálogo, en las calles Virgen de los Dolores 1, Padre Antonio 1, Miguel Hernández 10, Benidoleig 1 y la vía Fray Humilde Soria 1.

Por su parte, el Ayuntamiento de Dénia informa de la retirada de una placa conmemorativa de titularidad privada del grupo sindical de viviendas "Ramón de Cárdenas". También, el de Ondara ha afirmado la supresión en diversas calles del municipio de un total de 23 placas de VPO de titularidad privada del Instituto Nacional de la Vivienda, como las que todavía posee Benissa. Y, por último, el de Xàbia también constata la retirada de la concesión de honores por la dictadura en lo que se refiere a la denominación del Colegio Público Vicente Tena de titularidad autonómica.

Por otro lado, los Ayuntamientos de Beniarbeig, Benigembla, Benimeli, Murla, Parcent, Els Poblets, Ràfol d'Almúnia, Tormos, La Vall de Gallinera y la Vall d'Ebo comunican que no tienen ningún vestigio entre sus términos municipales.

Pero, hay otras localidades que el catálogo señala debido a que el Consistorio de turno todavía no ha comunicado nada al respecto. Estas son las administraciones de Alcalalí, l'Atzúbia, Benidoleig, Calp, Castell de Castells, Gata de Gorgos, Llíber, Orba, Pedreguer, Pego, El Poble Nou de Benitatxell, Sagra, Sanet i Negrals, Senija, Teulada Moraira, la Vall d'Alcalà, la Vall de Laguar, El Verger y Xaló.

FUENTE:https://lamarinaalta.com/los-lugares-y-monumentos-que-quedan-de-la-guerra-civil-y-la-dictadura-en-la-marina-alta/

La huella imborrable de Primo de Rivera en Alicante: una silueta esculpida en la fosa donde le enterraron

 

La huella imborrable de Primo de Rivera en Alicante: una silueta esculpida en la fosa donde le enterraron

El hermano del militar vio la marca que dejó el cuerpo al tener encima otros cuatro cadáveres de fusilados y encargó a un farmacéutico «petrificarla»

Imagen de la placa con la silueta petrificada de José Antonio Primo de Rivera. TERESA DUVAL
José Luis Fernández

17/11/2022

A veces, se utiliza el término «huella imborrable» como tópico para poner de relieve el legado inolvidable de un persona para una ciudad. En el caso de José Antonio Primo de Rivera y Alicante, la expresión puede considerarse literal: la silueta de su cuerpo en la fosa donde le enterraron tras su fusilamiento quedó esculpida en piedra por un farmacéutico alicantino.

El relato de Teresa Duval Granell, difundido en internet desde Valencia en 2019, describe en detalle aquel episodio anecdótico y poco conocido: «El 4 de abril de 1939, tres días después de la liberación de Alicante, su hermano Miguel decidió sacarlo de la fosa para enterrarlo. Cuando levantaron el cadáver vio que, en la tierra, se había quedado marcada la silueta del cuerpo de José Antonio y decidió petrificar la silueta de su hermano y enmarcarla. Recordó que su amigo Salvador era farmacéutico y le encargó petrificar la huella».

Aquel trabajo artesano para inmortalizar de alguna manera al personaje histórico, homenaje privado a petición de su hermano Miguel Primo de Rivera, fue obra de Salvador Campderá Sala, que compartió celda con este familiar directo, que también estuvo encarcelado y después de la Guerra Civil fue ministro de Agricultura y Embajador en el Reino Unido, durante la dictadura de Francisco Franco.

Una biznieta de aquel farmacéutico, María Luisa Campderá, proporciona con su testimonio esta información de lo ocurrido inmediatamente después de aquella ejecución controvertida que cambió la historia de España.

«Al ser descubierta la tumba, dejó ver, cinco cadáveres. El del fondo resultó ser el de José Antonio. Sobre él yacían dos tradicionalistas y dos falangistas. En la tumba, de tres metros de profundidad, el cuerpo de José Antonio dejó sobre la tierra una huella, que perdura. Oscila entre los veinte y los treinta centímetros«, añade el mismo documento de Duval Granell, que cita en este caso la obra «La tumba de José Antonio», de Juan Hernández Petit (1939).

La fosa donde estuvo enterrado José Antonio Primo de Rivera en el cementerio de Alicante. JUAN CARLOS SOLER

Aunque por una circunstancia triste y macabra, ese hacinamiento de cadáveres en una fosa común favoreció que se luego se pudieran ver con más precisión los rasgos físicos del cuerpo, al incrustarse más en el suelo de la fosa. «Esto, que a primera vista parece natural y lógico, por el peso de los otros cuatro cadáveres, resulta providencial si se equipara con casos distintos de semejantes características», señala el mismo autor.

El PSOE pide retirar cualquier vestigio

La fosa se puede visitar en Alicante, aunque actualmente el PSPV-PSOE ha presentado una moción en el Ayuntamiento para retirarla, así como cualquier vestigio de Primo de Rivera en el cementerio municipal, en aplicación de la Ley de Memoria Democrática. Se debatirá en el próximo Pleno municipal. No es la primera ocasión en la que los socialistas lo piden, aunque anteriormente sin apoyarse en esta nueva normativa.

Ajena a cualquier polémica política, la descendiente de aquel farmacéutico y escultor para la ocasión, recuerda con satisfacción aquellas vivencias de su familiar. «Aunque mi bisabuelo y yo no tengamos nada que ver con las ideologías falangistas, me enorgullece que mi bisabuelo haya participado, de alguna manera, en la historia de España», se confiesa en este documento titulado «Compartiendo celda con Miguel Primo de Rivera».

FUENTE: https://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/huella-imborrable-primo-rivera-alicante-silueta-esculpida-20221117132613-nt.html

viernes, 18 de noviembre de 2022

La iniciativa sueca que blindó la infancia de la guerra: historia del Hogar del Niño de Dénia

 

La iniciativa sueca que blindó la infancia de la guerra: historia del Hogar del Niño de Dénia

18 DE NOVIEMBRE DE 2022 - 08:15

Cuando estalló la Guerra Civil, los españoles se sintieron abandonados por el resto de países, que decidieron mirar a otro lado pese a la escalada de violencia. Solo los gobiernos de Alemania e Italia tomaron partido en el conflicto, sumando sus fuerzas al bando franquista. El republicano, en cambio, se tuvo que conformar con empresas privadas por parte de voluntarios extranjeros, como las Brigadas Internacionales, para reforzar sus filas.

No obstante, en el norte de Europa no estaba pasando tan desapercibido el conflicto como se creía. Tanto Suecia como Noruega siguieron muy de cerca el avance de la guerra. Miles de ciudadanos escandinavos veían consternados cómo parte del ejército español se había alzado contra su gobierno, iniciando una ofensiva que duraría varios años. Por miedo a que esto supusiera un avance de los ideales fascistas por todo el continente, y ante la falta de intervención por parte de sus gobiernos, muchos vecinos de estos países decidieron colaborar de la única forma que sabían: mostrando una gran solidaridad que ayudó a refugiar en Dénia a niños y niñas procedentes del frente, alejándolos así de las bombas y las balas.

El pueblo escandinavo volcado con España

Tanto en Noruega como en Suecia se organizaron comités nacionales de Ayuda a España, donde se recogía dinero, ropa y alimentos para destinar a las víctimas de la guerra. Estos movimientos de solidaridad, que provenían en gran medida de las familias más modestas y precarias (según afirmó el propio Comité de Ayuda a España de Suecia), lograron recaudar una gran suma de dinero para hacer envíos de recursos a la población civil.

Fue entonces cuando se decidió dar un paso más y, no conformándose con los envíos solidarios, se empezó a apostar por la construcción de hospitales y centros de acogida de niños y niñas españoles (diez en Francia, dos en Cataluña, uno en Oliva y uno en Dénia).

El Hogar del Niño de Dénia

Así nació el Hogar del Niño (u Hogar sueco para niños) de Dénia. La capital de la Marina Alta se encontraba lejos del frente y apenas sufría las consecuencias de la guerra, al menos al principio. Se convertía, por tanto, en un enclave idóneo para servir de refugio de los niños cuyos hogares lidiaban con la artillería de las tropas de Franco. Al conocer la intención de este Comité Sueco-Noruego de Ayuda a España, el Consejo Municipal de Dénia cedió el 22 de mayo de 1937 un enorme edificio conocido como Torreta Gavilà. Éste estaba lejos del pueblo, en la actual partida Beniadlà (a pocos metros de donde hoy encontramos el hospital), rodeado de huertos.

Hasta el fin de la guerra, por este refugio pasaron un gran número de niños y niñas, algunos huérfanos, procedentes de una Madrid que estaba siendo atacada. Este refugio estaba dirigido por tres mujeres (la directora Magnhild Olsson, la profesora de educación física Kerstin Palmér y una tercera cooperante, Eola Hansson) del Comité Sueco de mujeres para los niños de España, una asociación independiente avalada por la Cruz Roja Internacional. Gran parte del dinero para el cuidado de los niños provenía de matrimonios, docentes y trabajadores suecos que los apadrinaron pagando mensualidades de 40 coronas.

La Dénia que resguardó la infancia

Según hemos podido saber gracias al estudio de Àngel Beneito en el trabajo coordinado por Rosa Seser Història i Memòria. La Guerra Civil a Dénia, se inauguró el Hogar del Niño de Dénia el 1 de agosto de 1937 ante la presencia de autoridades nacionales e internacionales, contando entonces con 36 niños de Madrid acogidos. No obstante, antes de acabar ese año ya contaba con 89 jóvenes refugiados, la mayoría de ellos con edades que oscilaban entre los cinco y diez años. Muchos de estos niños eran hermanos, pues intentaron a toda costa evitar que se dispersaran las familias por diferentes centros y poblaciones.

También muchas familias de Dénia acogieron a niños refugiados de Madrid. Este fue el caso de Juan Pérez Gil, que contó en el trabajo ya mencionado cómo partió desde Madrid con 6 años en un camión lleno de niños, el cual le dejó en la casa de la Marquesa antes de ser todos repartidos por distintas casas. «Yo fui con Andreu el carnicero; le llamaba tío pero esa como un padre adoptivo». Tras su llegada, se le unieron dos de sus hermanas. Pese a que la guerra terminó años después, Juan y sus hermanas ya se quedarían en Dénia.

Los brigadistas heridos que recibían cuidados en Dénia también ayudaron con la creación del hogar de acogida Nino Nanetti, que alojó y alimentó a una cuarentena de niños y niñas refugiados. Este centro se financió con las aportaciones mensuales de estos miembros de las Brigadas Internacionales.

Los que fueron destinados al Hogar sueco para niños recibieron atención médica e higiénica, se formaban en la lectura y escritura, realizaron manualidades e incluso excursionaban junto a las docentes. «Allí no faltaba nada», contaba Jaime Ferrer, cuya hermana trabajó en las cocinas del refugio.

Consecuencias del hogar: agradecidos y desagradecidos

Una vez acabó la guerra los niños volvieron a sus hogares. Con el nuevo gobierno instaurado, algunos trabajadores que ayudaron a los niños fueron represaliados. Fue el caso de Pilar Torcida Sisniega, profesora del Hogar del Niño de Dénia que fue expedientada durante dos años y medio, expulsada de Santander, de donde era natural, e inhabilitada para desempeñas puestos directivos en instituciones de enseñanza y culturales.

La ayuda del pueblo sueco fue vital para salvar a miles de niños españoles de la hambruna o de ser víctimas directas de las armas. Durante el pleno del 21 de diciembre de 1938, poco antes de acabar la guerra, el Consejo Municipal de Dénia reconoció a estos ciudadanos y a los colaboradores que habían hecho posible el sostenimiento del Hogar sueco para niños españoles.

FUENTE: https://www.denia.com/la-iniciativa-sueca-que-blindo-la-infancia-de-la-guerra-historia-del-hogar-del-nino-de-denia/