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martes, 24 de noviembre de 2020

Trabajos en la fosa del Cementerio de Orihuela prevén recuperar restos de 17 represaliados por el franquismo

 Trabajos en la fosa del Cementerio de Orihuela prevén recuperar restos de 17 represaliados por el franquismo


 
Los trabajos iniciados en la fosa común del Cementerio Parroquial de Orihuela (Alicante) prevén recuperar restos de 17 represaliados por el franquismo.
La consellera de Calidad Democrática visita los trabajos de exhumación de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista en el Cementerio Parroquial de Orihuela
La consellera de Calidad Democrática visita los trabajos de exhumación de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista en el Cementerio Parroquial de Orihuela
GENERALITAT VALENCIANA

La consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, ha visitado este martes el lugar, donde ha declarado que "con cada exhumación vamos devolviendo la dignidad a nuestro país".

Garijo ha acudido a la localidad alicantina junto al director general de Calidad Democrática, Iñaki Pérez Rico, donde se han iniciado los trabajos de exhumación de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista, informa la Generalitat en un comunicado.

Los trabajos, que comenzaron el pasado 17 de noviembre en la zona destinada al cementerio civil del Cementerio Parroquial de Orihuela, se desarrollarán durante un plazo de tres meses. Está previsto recuperar los restos de 17 republicanos fusilados en 1939 que se encuentran enterrados en una fosa común.

"Se va cumpliendo con la hoja de ruta marcada desde el inicio de la legislatura de ir exhumando todos los restos de víctimas de la represión franquista que existen en nuestro territorio", ha indicado la consellera. Al respecto de los trabajos de exhumación, ha señalado que "con cada exhumación, al igual que con cada vez que entregamos unos restos a sus familiares, vamos devolviendo un poco de dignidad a nuestro país".

Asimismo, Garijo ha explicado que el objetivo es exhumar de forma científica los restos de los fusilados y represaliados durante la Guerra Civil y la dictadura franquista para, en una fase posterior, poder entregar los restos a los familiares.

"Los fusilamientos, de acuerdo con los mapas de localización de fosas realizados en la Comunitat, se produjeron poco después de finalizar la Guerra Civil. El 24 de octubre de 1939 fueron ejecutadas tres personas y el 17 de noviembre otras 14 tras un juicio sumarísimo. Las víctimas procedían principalmente de Orihuela, Benferri, Jacarilla, Redován, Almoradí, Catral y Torrevieja", ha detallado.

Las exhumaciones de Orihuela forman parte de un lote de cuatro contratos adjudicados por la Conselleria con una dotación de 74.653,37 euros para localizar los restos de represaliados por el franquismo en fosas situadas en Castelló, Segorbe y Alicante.

FUENTE: https://www.20minutos.es/noticia/4486934/0/trabajos-en-la-fosa-del-cementerio-de-orihuela-preven-recuperar-restos-de-17-represaliados-por-el-franquismo/



miércoles, 11 de noviembre de 2020

 A todos los caídos en nuestra INcivil guerra 1936-1939

La costumbre de relacionar las amapolas con la guerra viene de la época napoleónica, cuando un escritor se percató de que el territorio anegado tras un conflicto se cubría de estas flores en primavera. Durante la Gran Guerra, el teniente coronel John McRae, médico canadiense, escribió el poema En los campos de Flandes, en el que establecía esa misma relación. La composición se hizo célebre y la amapola se convirtió en elemblema de los fallecidos en combate:

Los campos de Flandes
En los campos de Flandes las amapolas se mueven,
entre las filas de cruces,
marcando nuestro lecho.
Y en el cielo vuelan las alondras cantando con valentía,
apenas oídas en el fragor de los cañones.
Somos los muertos;
pocos días antes, vivíamos,
sentíamos el amanecer, veíamos el crepúsculo.
Amamos y fuimos amados, y ahora yacemos.
Haz tuyo nuestro combate con el enemigo.
Desde nuestras débiles manos te lanzamos la antorcha,
tuya es, mantenla en alto.
Si faltas a la palabra dada a los muertos
ya nunca descansaremos,
aunque crezcan las amapolas en los campos de Flandes.
Alexis Helmer


Así, el día del aniversario del armisticio, el 11 de noviembre, los británicos se colocan una amapola -poppy- de papel, en recuerdo de los fallecidos en la Primera Guerra Mundial. Con ella también conmemoran a otros soldados que perdieron la vida en conflictos posteriores, como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de las Malvinas o la Guerra del Golfo. Las poppys son confeccionadas por los veteranos de la guerra y vendidas por representantes de la Real Legión Británica, una organización formada por supervivientes de todas las guerras.
También este "Día del recuerdo" o "Día del veterano" vuelve a llenar mi corazón de envidia hacía aquellos países que, sin complejos, saben rendir homenaje a sus muertos. A aquellos soldados que lejos de casa se dejaron la piel, el alma o la vida por su país. Esos uniformes, garantes de libertad, que se interponen entre la tiranía y la libertad.
Pero aquí en España eso no se estila, no es "progre" ni moderno dar el homenaje sincero y emotivo a aquellos que dieron su vida por España. Ya fuera en Annual, en Pavia, en Rocroi, en Rusia, en Buenos Aires o en Afganistán.
Porque para nuestros amigos los gobernantes la Defensa solo ha supuesto un negocio con el que lucrarse. Desde utilizar los fondos reservados para temas "curiosos" hasta a ahorrar alquilando aviones en los que jamás se subirían y que, tristemente, terminaron convertidos en una humeante tumba.
Pero hoy no es el día de la crítica, me lo guardo para otra ocasión. Hoy es día de recuerdo y homenaje a todos los que murieron luchando por la paz, por nuestra libertad.

jueves, 5 de noviembre de 2020

Fugado, capturado y fusilado en el campo de Albatera: crece la esperanza de los familiares de un preso republicano de encontrar su cuerpo

Fugado, capturado y fusilado en el campo de Albatera: crece la esperanza de los familiares de un preso republicano de encontrar su cuerpo

Parte de defunción del juzgado militar.

Toñi Villalva se encontraba esta semana echando un vistazo a su Facebook cuando leyó en una publicación del arqueólogo Felipe Mejías que ya habían comenzado los trabajos de identificación de una gran fosa común en el campo de concentración de Albatera donde, en 1939, el franquismo encerró a unos 16.000 presos, muchos de ellos cargos republicanos y artistas, que no habían podido exiliarse en el barco Stanbrook, que partió en la Alicante de la retaguardia.

"Me emocioné mucho al verlo y me apresuré a escribir a Felipe para saber más", reconoce por teléfono esta profesora de instituto desde su domicilio en Málaga. Toñi lleva seis años buscando a su tío abuelo Antonio Leal Difarque, fusilado el 16 de septiembre de 1939 a las siete de la tarde en este terreno que había sido campo de trabajo durante la República y que la dictadura desmanteló apresuradamente tras su clausura en octubre del "año de la victoria", como consta en los archivos.

Toñi es consciente de que la labor que inició el pasado lunes Mejías junto con un equipo de once expertos, y que culminará en dos semanas con el georradar de la Universidad de Cádiz que barrerá la zona, no va a permitir de momento exhumar a su familiar, enterrado en otro lugar próximo, el antiguo cementerio de Albatera junto con otros siete presos también fusilados. "Para eso aún queda", apostilla.

En el caso de Antonio, reclutado en 1938 desde su Tánger natal para combatir en el bando republicano, se sabe por los documentos custodiados por el Ministerio de Defensa que "se evadió del Campo de Concentración de Albatera, siendo capturado al parecer en Burriana (Castellón), y trasladado nuevamente al Campo de Albatera, en donde en cumplimiento de Instrucciones emanadas de la Superioridad fue pasado por armas", firmó un juzgado militar.

Vaina de fusil perteneciente a la guarnición militar del campo de concentración de Albatera.

Lo que extraña a Mejías es que exista la lista en el registro civil de Albatera de los ocho fusilados y que, sin embargo, no haya ninguna documentación de entre diez y treinta presos ejecutados –estimaciones aproximadas– cuyos cuerpos fueron ocultados en fosas en el propio campo. "Los testimonios consultados señalan que la gente se encontraba con huesos humanos cuando jugaba en el descampado donde existió el cementerio", explica el también historiador aspense. El antiguo camposanto, cerrado en los años 50, ha sido un terreno sin urbanizar hasta la construcción recientemente de un parque infantil donde en teoría descansan los cuerpos de los represaliados por el franquismo. Para acometer la búsqueda, el Ayuntamiento de Albatera, gobernado por el Partido Popular, debería estar por la labor (en una localidad donde Vox fue el partido más votado en las pasadas elecciones generales), recuerda Villalva.

El Campo

A este respecto, el cartel que anuncia el Campo de Albatera amaneció esta semana manchado con un grafiti con la firma de la fuerza de extrema derecha. Cuenta Felipe Mejías que, ante el temor de que grupos radicales intenten boicotear la investigación, han solicitado a la Guardia Civil, Policía Autonómica y Policía Local que patrullen el recinto "de manera constante".

Ubicado en una parcela que pertenece a la localidad de San Isidro, municipio independiente desde 1992, Felipe Mejías sí que ha contado para el proyecto de la fosa del Campo de Albatera con el apoyo de la Conselleria de Calidad Democrática, Transparencia y Buen Gobierno de la Generalitat Valenciana, que le ha otorgado una subvención de 17.600 euros, y con el respaldo directo del consistorio socialista de San Isidro, cuyo anterior alcalde, Damián Sabater, y el actual, Manuel Gil, han ayudado en la búsqueda de testimonios orales que aporten pistas sobre el lugar de la fosa.


Moneda republicana de una peseta acuñada en 1937.

De momento, el barrido inicial con detectores de metales ha servido para encontrar munición de armas largas, casquillos de pistolas, un par de insignias militares y restos de los barracones. Otros hallazgos que están estudiando son una peseta de la República acuñada en 1937 y un tenedor propiedad de un soldado. Testimonios como el que contó en los años 80 el ex-preso Juan Caba revelaban que, además de las "torturas y vejaciones", el hambre y la sed fueron las principales causas de muerte: "Nos entregaban cada dos o tres días una lata de sardinas de 125 gramos y un chusco de 200 gramos para cada cinco personas", rememoraba.

Desde el punto de vista personal, Felipe Mejías reconoce que ha quedado "totalmente atrapado" por las historias que le han contado del Campo de Albatera, tanto que tras cuatro años trabajando en su tesis doctoral sobre la arqueología medieval en Aspe, ha optado por cambiar de tema y centrarse en el considerado como el campo de concentración franquista más grande de España. De momento, la revista científica de la Universitat de Barcelona 'Ebre 38' le publicará para este mes de diciembre su artículo sobre la investigación tanto de la fosa del campo como del antiguo cementerio de Albatera.

Fuente: https://www.eldiario.es/comunitat-valenciana/fugado-capturado-fusilado-campo-albatera-crece-esperanza-familiares-preso-republicano-encontrar-cuerpo_1_6378304.html?fbclid=IwAR0CVmgIBtqjXdDuqdXQranLb-XML9PxImCjwuGiT9cyauWBJaUnJELiFPM