El Ayuntamiento quiere rehabilitar los refugios de la Guerra Civil
El proyecto pretende recuperar casi un centenar de estos lugares subterráneos y utilizarlos como museos o galerías de arte
La documentación la aporta el Archivo Municipal con planos, croquis y datos de las zonas donde los alicantinos se cobijaban de las bombas de la aviación
Gerardo Muñoz Lorente
www.gerardomunoz.com El Ayuntamiento de Alicante, en colaboración con la Diputación Provincial, proyecta la recuperación de algunos de los refugios antiaéreos que se construyeron en la ciudad durante la Guerra Civil, rehabilitándolos como museos, galerías de arte o bodegas. Pero antes hay que localizarlos, encontrar las entradas e inspeccionarlos. Para ello se parte de una documentación hallada en el Archivo Municipal, con planos, croquis y datos estructurales de casi un centenar de estos lugares subterráneos donde los alicantinos buscaban amparo durante los bombardeos.
En el Archivo Municipal de Alicante no se conservan los planos de los refugios antiaéreos levantados antes de su construcción durante la Guerra Civil, seguramente porque nunca existieron. La urgencia por dar a la población cobijo inmediato y suficiente ante el reiterado bombardeo de la aviación enemiga, probablemente hizo que se realizaran las obras para fabricar los refugios, o habilitar sótanos y lugares subterráneos con tal fin, sin dibujar previamente planos o croquis. Y, si se hicieron, se han perdido. O quizá no y puede que alguien los tenga guardados, al menos parte de ellos.
Pero en los armarios del Archivo Municipal sí que se guardan los informes realizados por los técnicos consistoriales que inspeccionaron los refugios antiaéreos durante la década de 1940, que posteriormente, en 1953, fueron incluidos en un Plan Especial de refugios públicos. Medio siglo después, en el año 2003, en otro Plan Especial, el de protección arqueológica del término municipal de Alicante, se incluyó aquella información elaborada sobre los refugios antiaéreos.
Casi un centenar de refugios
En el subsuelo alicantino hubo repartidos durante la Guerra Civil más de un centenar de refugios antiaéreos públicos, pero en los informes municipales aparecen 96. En estos informes se reseñan datos tales como localización, estructura, extensión y dimensiones de los mismos. En muchos se indican los nombres de las plazas o calles donde se hallaban las entradas. Y, en medio centenar, se acompañan croquis.
Con esta información, un equipo del COPHIAM (Conservación del Patrimonio Histórico-Artístico Municipal) dirigido por el arqueólogo Pablo Rosser elaboró en 2003 una serie de fichas de casi todos los refugios, dentro del ya mencionado Plan Especial de Protección Arqueológica (P.E.P.A.). Así como un plano de Alicante en el que se señalan los lugares concretos o aproximados donde se encuentran 94 de estos refugios. Fichas y plano que ahora se están utilizando para intentar encontrar el lugar exacto donde se hallan estos subterráneos, reabrir sus entradas, inspeccionarlos y, a ser posible, rehabilitarlos para abrirlos al público.
No están todos
Pero, como decíamos, se sabe que en Alicante había durante la Guerra Civil más de cien refugios antiaéreos públicos. Entre 120 y 180, según las fuentes consultadas. Se ignora cuántos refugios particulares había, pero debieron ser muchos. Después del catálogo elaborado por el COPHIAM en 2003, han aparecido o se ha conocido la existencia de varios refugios más, como el situado en el sótano de la actual sede universitaria, en la avenida Ramón y Cajal, cubierto por una gruesa capa de hormigón. O el que se encuentra en el subsuelo del patio de la Comandancia de la Guardia Civil.
En el año 2010 se descubrió un refugio en las entrañas del Benacantil, en la ladera bordeada por la avenida de Jaime II, durante las obras de acondicionamiento de ese terreno como parque urbano. Al finalizar estas obras el refugio quedó tapado nuevamente, si bien fue registrado con una referencia topográfica y se colocó una trapa para facilitar el acceso.
Otros refugios corrieron peor suerte, como el que recorría el subsuelo de la avenida de Alfonso el Sabio, que desapareció definitivamente (ya había sido afectado por la construcción del colector) cuando se construyó el aparcamiento subterráneo. O como el refugio que fue descubierto en el paseo de Campoamor en 2007 durante las obras de construcción del Auditorio. Entonces la Conselleria de Cultura, a través de la Dirección General de Patrimonio, restó importancia a la destrucción de este refugio, tal como informó este diario en fecha 7 de septiembre de aquel año. Y, efectivamente, fue destruido, pese a los esfuerzos en contra realizados por varios técnicos municipales y el entonces concejal de IU, Fernández Cabello.
En el catálogo del Ayuntamiento el refugio antiaéreo que había bajo la avenida de Alfonso el Sabio aparece con el número 48 y se informa de que fue terminado en 1938, con capacidad para 400 personas. Y el también desaparecido en el paseo de Campoamor figura con el número 37, situado en las casas de Beneficencia (donde había dos entradas), entre dicho paseo y la avenida de Jijona, construido en 1937, con una extensión de 167 metros cuadrados y capacidad para acoger entre 800 y 1.000 personas. Afortunadamente, la sensibilidad de las autoridades, al menos las locales, ha variado, y ahora se pretende proteger y recuperar espacios como estos.
Museo
Por lo menos uno de estos refugios rehabilitados debería convertirse en un museo, con vídeos, fotografías y documentos sobre los bombardeos sufridos por la ciudad y la función que desempeñaban precisamente estos lugares de amparo público. A priori, el que tiene más posibilidades para convertirse en museo, por su ubicación y estructura, es el refugio que, según el catálogo municipal, está en la ladera del monte Tossal, bajo el castillo de San Fernando, en la calle Maestro Bretón, muy cerca de la Escuela Oficial de Idiomas. Pero depende, naturalmente, de cómo se haya conservado. La pretensión es hacer las modificaciones mínimas e imprescindibles de acceso y seguridad, para que los visitantes puedan recrear el ambiente real que se vivió en los refugios durante los bombardeos. Se da la circunstancia de que, durante la construcción de un edificio de viviendas, en el año 2006 quedó al descubierto una de las entradas a este refugio situado junto a la Escuela de Idiomas, pero volvió a taparse tras la conclusión de dichas obras.
Itinerario
También en principio se han elegido otros seis refugios para hacer obras de rehabilitación y reabrirlos al público. Uno se halla en el subsuelo de la avenida de Federico Soto, otro en el de la avenida Doctor Gadea, otro en el de la plaza Balmis, otro en el de la calle Quintana, y dos en el de la avenida General Marvá (cada uno en un extremo: junto a la plaza Luceros y bajo la escalinata). Se dispondría así de un itinerario de visitas de refugios que recorrería una buena parte del centro y la zona comercial de la ciudad. En uno de los refugios de la avenida General Marvá se ubicaría el puesto de venta de entradas, así como una sala de exposición temática, en la que se proyectarían videos de la Guerra Civil, y una tienda con artículos relacionados con los refugios y demás temas alicantinos de interés cultural y turístico.
En las fichas de cuatro de estos seis refugios aparecen uno o dos croquis. No hay croquis de los situados bajo la calle Quintana y la avenida de Federico Soto.
El refugio que hay en el subsuelo de la calle Quintana era conocido como el del Diario de Nuestra Bandera porque fue cedido por este periódico al Comité de Defensa Pasiva cuando se encontraba en construcción, en septiembre de 1938. En el acta consistorial de la sesión del 24 de noviembre de aquel año, se lee: «Se trata de un refugio de garantía, con las obras muy adelantadas, ya que solamente falta ejecutar parte del revestimiento de la galería, una escalera completa y un trozo de otra y cubrir el pozo de saca de escombros (€) teniendo en cuenta que en la zona donde está enclavado no existe ningún refugio oficial, estima conveniente no suspender las obras que deberán continuar por cuenta de la Defensa Pasiva, efectuando las obras de que quede el refugio independiente por completo de los talleres de Nuestra Bandera con libre acceso al público por las dos puertas de que conste (€) dejándoles para el servicio particular de los obreros y empleados de aquellos talleres otra puerta». Era del tipo de galería abovedada sobre tierra sin revestir en paramentos, contaba con dos entradas, una en la calle Pablo Iglesias y otra en la calle Quintana, y tenía una capacidad estimada de 800 personas.
Por su parte, el refugio que hay bajo el paseo de Federico Soto comienza en el mismo centro de la ciudad, junto a la plaza de Luceros, según se explica en la ficha correspondiente. El arquitecto municipal que redactó este informe dice que era del tipo de losa de hormigón armado, con capacidad para 170 personas y que tenía una única boca de acceso.
Objetivo: encontrar las entradas
Esta comisión de tres concejales se ha puesto como objetivo encontrar el mayor número de entradas posibles de refugios antiaéreos, antes de final de año. No va a resultar fácil. De momento, de los 96 refugios catalogados por el Ayuntamiento, solo se conoce una entrada accesible: la que se halla en la plaza del Carmen, que da a un refugio que hay en el subsuelo de dicha plaza y que, al parecer, se comunica con el que hay bajo la plaza Quijano. Se ha pedido presupuesto a una empresa constructora con medios geotécnicos. Por ahora la comisión cuenta con algo más de 20.000 euros que han dispuesto las concejalías de Imagen Urbana y de Comercio.
La iniciativa privada se hace hueco
Pero también la iniciativa privada tiene cabida en este proyecto municipal, ya que se tiene previsto cederle varios de estos refugios recuperados, para su apertura y prestación de servicios como galerías de arte, salas de exposiciones, bodegas, tascas, etc. Con la condición de que se respeten el espacio y el ambiente propio del refugio, empleándose instalaciones reversibles que eviten daños y modificaciones. Para ello, no obstante, sí que habrá que hacer una modificación puntual del Plan General Municipal de Ordenación Urbana, pues no permite el uso privado de los sótanos.
Además de cumplir con los requisitos de seguridad y, a ser posible, acceso a minusválidos, en este proyecto municipal se prevé dotar a las entradas de los refugios rehabilitados de elementos nuevos y comunes, que faciliten una imagen conjunta e identificadora.
http://www.diarioinformacion.com/alicante/2012/12/11/ayuntamiento-quiere-rehabilitar-refugios-guerra-civil/1323791.html
www.gerardomunoz.com El Ayuntamiento de Alicante, en colaboración con la Diputación Provincial, proyecta la recuperación de algunos de los refugios antiaéreos que se construyeron en la ciudad durante la Guerra Civil, rehabilitándolos como museos, galerías de arte o bodegas. Pero antes hay que localizarlos, encontrar las entradas e inspeccionarlos. Para ello se parte de una documentación hallada en el Archivo Municipal, con planos, croquis y datos estructurales de casi un centenar de estos lugares subterráneos donde los alicantinos buscaban amparo durante los bombardeos.
En el Archivo Municipal de Alicante no se conservan los planos de los refugios antiaéreos levantados antes de su construcción durante la Guerra Civil, seguramente porque nunca existieron. La urgencia por dar a la población cobijo inmediato y suficiente ante el reiterado bombardeo de la aviación enemiga, probablemente hizo que se realizaran las obras para fabricar los refugios, o habilitar sótanos y lugares subterráneos con tal fin, sin dibujar previamente planos o croquis. Y, si se hicieron, se han perdido. O quizá no y puede que alguien los tenga guardados, al menos parte de ellos.
Pero en los armarios del Archivo Municipal sí que se guardan los informes realizados por los técnicos consistoriales que inspeccionaron los refugios antiaéreos durante la década de 1940, que posteriormente, en 1953, fueron incluidos en un Plan Especial de refugios públicos. Medio siglo después, en el año 2003, en otro Plan Especial, el de protección arqueológica del término municipal de Alicante, se incluyó aquella información elaborada sobre los refugios antiaéreos.
Casi un centenar de refugios
En el subsuelo alicantino hubo repartidos durante la Guerra Civil más de un centenar de refugios antiaéreos públicos, pero en los informes municipales aparecen 96. En estos informes se reseñan datos tales como localización, estructura, extensión y dimensiones de los mismos. En muchos se indican los nombres de las plazas o calles donde se hallaban las entradas. Y, en medio centenar, se acompañan croquis.
Con esta información, un equipo del COPHIAM (Conservación del Patrimonio Histórico-Artístico Municipal) dirigido por el arqueólogo Pablo Rosser elaboró en 2003 una serie de fichas de casi todos los refugios, dentro del ya mencionado Plan Especial de Protección Arqueológica (P.E.P.A.). Así como un plano de Alicante en el que se señalan los lugares concretos o aproximados donde se encuentran 94 de estos refugios. Fichas y plano que ahora se están utilizando para intentar encontrar el lugar exacto donde se hallan estos subterráneos, reabrir sus entradas, inspeccionarlos y, a ser posible, rehabilitarlos para abrirlos al público.
No están todos
Pero, como decíamos, se sabe que en Alicante había durante la Guerra Civil más de cien refugios antiaéreos públicos. Entre 120 y 180, según las fuentes consultadas. Se ignora cuántos refugios particulares había, pero debieron ser muchos. Después del catálogo elaborado por el COPHIAM en 2003, han aparecido o se ha conocido la existencia de varios refugios más, como el situado en el sótano de la actual sede universitaria, en la avenida Ramón y Cajal, cubierto por una gruesa capa de hormigón. O el que se encuentra en el subsuelo del patio de la Comandancia de la Guardia Civil.
En el año 2010 se descubrió un refugio en las entrañas del Benacantil, en la ladera bordeada por la avenida de Jaime II, durante las obras de acondicionamiento de ese terreno como parque urbano. Al finalizar estas obras el refugio quedó tapado nuevamente, si bien fue registrado con una referencia topográfica y se colocó una trapa para facilitar el acceso.
Otros refugios corrieron peor suerte, como el que recorría el subsuelo de la avenida de Alfonso el Sabio, que desapareció definitivamente (ya había sido afectado por la construcción del colector) cuando se construyó el aparcamiento subterráneo. O como el refugio que fue descubierto en el paseo de Campoamor en 2007 durante las obras de construcción del Auditorio. Entonces la Conselleria de Cultura, a través de la Dirección General de Patrimonio, restó importancia a la destrucción de este refugio, tal como informó este diario en fecha 7 de septiembre de aquel año. Y, efectivamente, fue destruido, pese a los esfuerzos en contra realizados por varios técnicos municipales y el entonces concejal de IU, Fernández Cabello.
En el catálogo del Ayuntamiento el refugio antiaéreo que había bajo la avenida de Alfonso el Sabio aparece con el número 48 y se informa de que fue terminado en 1938, con capacidad para 400 personas. Y el también desaparecido en el paseo de Campoamor figura con el número 37, situado en las casas de Beneficencia (donde había dos entradas), entre dicho paseo y la avenida de Jijona, construido en 1937, con una extensión de 167 metros cuadrados y capacidad para acoger entre 800 y 1.000 personas. Afortunadamente, la sensibilidad de las autoridades, al menos las locales, ha variado, y ahora se pretende proteger y recuperar espacios como estos.
Museo
Por lo menos uno de estos refugios rehabilitados debería convertirse en un museo, con vídeos, fotografías y documentos sobre los bombardeos sufridos por la ciudad y la función que desempeñaban precisamente estos lugares de amparo público. A priori, el que tiene más posibilidades para convertirse en museo, por su ubicación y estructura, es el refugio que, según el catálogo municipal, está en la ladera del monte Tossal, bajo el castillo de San Fernando, en la calle Maestro Bretón, muy cerca de la Escuela Oficial de Idiomas. Pero depende, naturalmente, de cómo se haya conservado. La pretensión es hacer las modificaciones mínimas e imprescindibles de acceso y seguridad, para que los visitantes puedan recrear el ambiente real que se vivió en los refugios durante los bombardeos. Se da la circunstancia de que, durante la construcción de un edificio de viviendas, en el año 2006 quedó al descubierto una de las entradas a este refugio situado junto a la Escuela de Idiomas, pero volvió a taparse tras la conclusión de dichas obras.
Itinerario
También en principio se han elegido otros seis refugios para hacer obras de rehabilitación y reabrirlos al público. Uno se halla en el subsuelo de la avenida de Federico Soto, otro en el de la avenida Doctor Gadea, otro en el de la plaza Balmis, otro en el de la calle Quintana, y dos en el de la avenida General Marvá (cada uno en un extremo: junto a la plaza Luceros y bajo la escalinata). Se dispondría así de un itinerario de visitas de refugios que recorrería una buena parte del centro y la zona comercial de la ciudad. En uno de los refugios de la avenida General Marvá se ubicaría el puesto de venta de entradas, así como una sala de exposición temática, en la que se proyectarían videos de la Guerra Civil, y una tienda con artículos relacionados con los refugios y demás temas alicantinos de interés cultural y turístico.
En las fichas de cuatro de estos seis refugios aparecen uno o dos croquis. No hay croquis de los situados bajo la calle Quintana y la avenida de Federico Soto.
El refugio que hay en el subsuelo de la calle Quintana era conocido como el del Diario de Nuestra Bandera porque fue cedido por este periódico al Comité de Defensa Pasiva cuando se encontraba en construcción, en septiembre de 1938. En el acta consistorial de la sesión del 24 de noviembre de aquel año, se lee: «Se trata de un refugio de garantía, con las obras muy adelantadas, ya que solamente falta ejecutar parte del revestimiento de la galería, una escalera completa y un trozo de otra y cubrir el pozo de saca de escombros (€) teniendo en cuenta que en la zona donde está enclavado no existe ningún refugio oficial, estima conveniente no suspender las obras que deberán continuar por cuenta de la Defensa Pasiva, efectuando las obras de que quede el refugio independiente por completo de los talleres de Nuestra Bandera con libre acceso al público por las dos puertas de que conste (€) dejándoles para el servicio particular de los obreros y empleados de aquellos talleres otra puerta». Era del tipo de galería abovedada sobre tierra sin revestir en paramentos, contaba con dos entradas, una en la calle Pablo Iglesias y otra en la calle Quintana, y tenía una capacidad estimada de 800 personas.
Por su parte, el refugio que hay bajo el paseo de Federico Soto comienza en el mismo centro de la ciudad, junto a la plaza de Luceros, según se explica en la ficha correspondiente. El arquitecto municipal que redactó este informe dice que era del tipo de losa de hormigón armado, con capacidad para 170 personas y que tenía una única boca de acceso.
Objetivo: encontrar las entradas
Esta comisión de tres concejales se ha puesto como objetivo encontrar el mayor número de entradas posibles de refugios antiaéreos, antes de final de año. No va a resultar fácil. De momento, de los 96 refugios catalogados por el Ayuntamiento, solo se conoce una entrada accesible: la que se halla en la plaza del Carmen, que da a un refugio que hay en el subsuelo de dicha plaza y que, al parecer, se comunica con el que hay bajo la plaza Quijano. Se ha pedido presupuesto a una empresa constructora con medios geotécnicos. Por ahora la comisión cuenta con algo más de 20.000 euros que han dispuesto las concejalías de Imagen Urbana y de Comercio.
La iniciativa privada se hace hueco
Pero también la iniciativa privada tiene cabida en este proyecto municipal, ya que se tiene previsto cederle varios de estos refugios recuperados, para su apertura y prestación de servicios como galerías de arte, salas de exposiciones, bodegas, tascas, etc. Con la condición de que se respeten el espacio y el ambiente propio del refugio, empleándose instalaciones reversibles que eviten daños y modificaciones. Para ello, no obstante, sí que habrá que hacer una modificación puntual del Plan General Municipal de Ordenación Urbana, pues no permite el uso privado de los sótanos.
Además de cumplir con los requisitos de seguridad y, a ser posible, acceso a minusválidos, en este proyecto municipal se prevé dotar a las entradas de los refugios rehabilitados de elementos nuevos y comunes, que faciliten una imagen conjunta e identificadora.
http://www.diarioinformacion.com/alicante/2012/12/11/ayuntamiento-quiere-rehabilitar-refugios-guerra-civil/1323791.html
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