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viernes, 11 de noviembre de 2022

 A todos los caídos en nuestra INcivil guerra 1936-1939

La costumbre de relacionar las amapolas con la guerra viene de la época napoleónica, cuando un escritor se percató de que el territorio anegado tras un conflicto se cubría de estas flores en primavera. Durante la Gran Guerra, el teniente coronel John McRae, médico canadiense, escribió el poema En los campos de Flandes, en el que establecía esa misma relación. La composición se hizo célebre y la amapola se convirtió en elemblema de los fallecidos en combate:

Los campos de Flandes
En los campos de Flandes las amapolas se mueven,
entre las filas de cruces,
marcando nuestro lecho.
Y en el cielo vuelan las alondras cantando con valentía,
apenas oídas en el fragor de los cañones.
Somos los muertos;
pocos días antes, vivíamos,
sentíamos el amanecer, veíamos el crepúsculo.
Amamos y fuimos amados, y ahora yacemos.
Haz tuyo nuestro combate con el enemigo.
Desde nuestras débiles manos te lanzamos la antorcha,
tuya es, mantenla en alto.
Si faltas a la palabra dada a los muertos
ya nunca descansaremos,
aunque crezcan las amapolas en los campos de Flandes.
Alexis Helmer


Así, el día del aniversario del armisticio, el 11 de noviembre, los británicos se colocan una amapola -poppy- de papel, en recuerdo de los fallecidos en la Primera Guerra Mundial. Con ella también conmemoran a otros soldados que perdieron la vida en conflictos posteriores, como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de las Malvinas o la Guerra del Golfo. Las poppys son confeccionadas por los veteranos de la guerra y vendidas por representantes de la Real Legión Británica, una organización formada por supervivientes de todas las guerras.
También este "Día del recuerdo" o "Día del veterano" vuelve a llenar mi corazón de envidia hacía aquellos países que, sin complejos, saben rendir homenaje a sus muertos. A aquellos soldados que lejos de casa se dejaron la piel, el alma o la vida por su país. Esos uniformes, garantes de libertad, que se interponen entre la tiranía y la libertad.
Pero aquí en España eso no se estila, no es "progre" ni moderno dar el homenaje sincero y emotivo a aquellos que dieron su vida por España. Ya fuera en Annual, en Pavia, en Rocroi, en Rusia, en Buenos Aires o en Afganistán.
Porque para nuestros amigos los gobernantes la Defensa solo ha supuesto un negocio con el que lucrarse. Desde utilizar los fondos reservados para temas "curiosos" hasta a ahorrar alquilando aviones en los que jamás se subirían y que, tristemente, terminaron convertidos en una humeante tumba.
Pero hoy no es el día de la crítica, me lo guardo para otra ocasión. Hoy es día de recuerdo y homenaje a todos los que murieron luchando por la paz, por nuestra libertad.

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