MEMORIA HISTÓRICA | Durante la Guerra Civil
Supervivientes de las bombas de 1939 en Alcoy: 'Temíamos más al hambre que a la muerte'
20 de septiembre de 1938, diez minutos para las diez de la mañana. Las sirenas suenan en la azotea del Ayuntamiento de Alcoy. Diez bombarderos Savoia-Marchetti han partido desde Palma de Mallorca cargado con decenas de bombas y con un destino claro: la ciudad industrial de Alcoy, que ha socializado sus emergentes fábricas textiles y las ha convertido en productoras de armamento para el bando republicano.
El ejército de Franco se ha aliado con el de Mussolini y han decidido borrar del mapa esa ciudad cercada por barrancos y puentes. Entre el 20 de septiembre de 1938 y el 11 de febrero del 39 mueren 64 personaspor culpa de 624 bombas traicioneras. Este viernes, Alcoy homenajeó a esos muertos, la mayoría obreros, agricultores, mujeres, niños
todos civiles. La intención: que no caigan sus nombres en el olvido, aunquecinco personas fueron enterradas sin ser identificadas.
El refugio del paseo de Cervantes, convertido en museo de los bombardeos, acogía un emotivo acto en el que se reunieron una decena de supervivientes. Liberto Mengual, que en el año 38 tenía poco más de diez años, hizo de portavoz de aquellos niños que no entendían nada y que corrían hacia los refugios al ver sus casas desemoronarse.
Liberto reconoció que llegó a perderle el miedo a las bombas. La curiosidad le podía, pero aquella especie de juego de fuego acabó por marcarle la vida. Como a Àngel Jordá y Rosana Cambra, que por la mañana se sometieron a un interrogatorio periodístico de estudiantes de secundaria.
Los tres contaron sus vivencias, su contacto directo con la muerte, el hambre y el racionamiento. Nunca sabrán que les aterrorizaba más, si la muerte o el hambre. En casa de Àngel uno de los mayores dramas de la Guerra no fue que el techo cayera sobre la cocina a causa de una bomba, fue que los escombros destrozaron una paella de espinacasque les iba a dar energía durante días.
El acto vespertino se inició con la audición de un montaje de radio creativa en el que se relataba cómo se vivía y esperaba con impaciencia la llegada de los aviones. Posteriormente, se descubrió una placa conmemorativa con los nombres de los 64 fallecidos por las bombas. Jordi Tormo, concejal de Solidaridad y Paz, leyó un manifiesto aprobado por todos los partidos del consistorio en el que se solicitaba perpetuar la honra y el nombre de esos fallecidos injustamente atrapados por las bombas.
El alcalde, Antoni Francés (PSPV), acabó la jornada pidiendo que la reflexión en torno a las atrocidades de la Guerra no caigan en saco roto. Uno de los supervivientes le hizo entrega de un fragmento de una de esas 624 bombas que cayeron sobre Alcoy y que guardaba en su casa desde entonces. Ahora pasará a formar parte del Museo del Refugio de Cervantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario