Las huellas de la Guerra Civil: vestigios de una contienda
Alcoy tiene numerosos rastros del combate.
La Guerra Civil Española dejó en Alcoy una intensa huella. Si bien la ciudad no fue una zona de guerra directa, de combate y sí de retaguardia, con los siete bombardeos de la aviación italiana de Mussolini, aliada de Franco, se sumergió en primera línea, se transformó y pasó a ser un lugar importante en la parte final de la contienda.
Las huellas de la Guerra Civil se pueden ver en varias vertientes. La más espectacular son los restos de los bombardeos que se pueden ver en las paredes de edificios actuales como el antiguo Matadero, actual Complejo Eduardo Latorre, el antiguo Monte de Piedad, actual CADA, el Chalet de Carlos Pérez, actual Teix, o en las conocidas como ‘Casas Rojas’ en la calle Pintor Cabrera o en el cercano Orosia Silvestre. También se pueden ver señales de proyectiles en el edificio Cervantes y en la Font del Moreno, justo delante.
También se pueden ver estas huellas en los numerosos refugios antiaéreos que se construyeron. Se hizo de dos formas, una barata pero lenta como era excavar galerías y otra más costosa como era excavar el refugio y construir sobre él con cemento armado y hierro, ambos escasos y caros, para que la estructura que resistiera las bombas. También se pueden encontrar refugios en la Glorieta, en la Fábrica Carbonell o la misma calle Santo Tomás y en los alrededores de la Plaza España hay unos largos conductos, al igual que en el Carrerl’Escola y la Placeta Les Gallines, así como también hay refugios en el Terrer o en el Carrer La Sardina. El Refugio de Cervantes se ha convertido en un museo.
Alcoy fue a su vez zona de paso y de estancia de refugiados. Numerosas personas y en especial niños con sus maestros, vinieron hasta Alcoy huyendo de las zonas de guerra como el frente de Madrid o de Córdoba. A su vez soldados heridos o enfermos vinieron hasta nuestra ciudad. Los enfermos se ubicaron en la Beneficiencia y los heridos en el Hospital Sueco-Noruego en el edificio de la Escuela Industrial.
Del mismo modo numerosos edificios fueron designados por las autoridades como lugares para el uso en tiempos de guerra. Incluso un joven Santiago Carrillo llegó a dar un mitin en nuestra ciudad junto a Aurora Arnáiz en el Teatro Principal, así como el entonces ministro de agricultura de la República, Vicente Uribe. Así la iglesia de San Jorge se convirtió en un museo, la de Santa María fue desmantelada y parte de sus piedras sirvieron para construir la Piscina Municipal. El Círculo Industrial fue confiscado por la CNT o el antiguo edificio de las Paulas entre las calles Sant Josep y SantMateu fue sede del Partido Comunista. El Chalet de Carlos Pérez o el Círculo Católico fueron cuarteles de milicianos. En el Palacete Albors, en el Santo Sepulcro o en la Plaça Mare de Déu, en el antiguo cuartel de la Guardia Civil, se ubicaron a los niños refugiados.
En el tejado del Ayuntamiento todavía se puede ver la sirena que anunciaba los bombardeos con diferentes tonos, más intenso o más pausado, para anunciar que se iniciaban pronto o que el ataque había pasado.
Las tropas italianas llegaron a desfilar por las calles del Centro, estuvieron unos días en nuestra ciudad e incluso llegaron a disputar un partido frente a jugadores del Alcoyano en el Collao.
Los historiadores Àngel Beneito y Paco Blay han elaborado un libro respecto a estos vestigios de la guerra, así como un cuadernillo didáctico orientado para una serie de cuatro rutas turísticas que han tenido mucho éxito de forma reciente. Las fotos de este reportaje son de Iván Guerola 'Cubicat'.
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