Xàbia vuelve a entrar 40 años después en su refugio de la Guerra Civil
- El ayuntamiento realiza mediciones de la estructura construida a finales de 1938 junto al Puerto y estudia la posibilidad de hacerla visitable para rescatar la memoria del municipio durante el conflicto bélico
- Fue construido ante el acercamiento de las tropas franquistas y el peligro de los aviones alemanes e italianos pero no llegó a utilizarse nunca. Después, fue usado como almacén de pesca
- Uno de los ayudantes que ayudó a las obras aún vive y tiene más de noventa años
Hay cierta emoción en volver a descubrir lugares olvidados. Xàbia lo ha podido comprobar durante esta semana en la que distintos expertos a instancias del ayuntamiento han entrado en el refugio de la Guerra Civil redescubierto a principios de febrero en la Caleta del Port para realizar mediciones, estudiar la estructura y captar fotos de su interior como las que adjunta este artículo. Aunque por la ausencia de documentación no se sabe a ciencia cierta, las obras del refugio fueron probablemente realizadas a finales de 1938.
En este sentido, el arquéologo municipal, Ximo Bolufer, argumenta que su construcción se debió a la orden emitida por el Gobierno de la República a los comités de Defensa Pasiva de proteger de los bombardeos a la población civil de los diferentes municipios de retaguardia, algo fácil de entender a aquellas alturas de la guerra: los republicanos acababan de perder la batalla del Ebro y temían una intensificación de los ataques de la aviación italiana y alemana. Además, el avance de las tropas de Franco hacia el Mediterráneo era ya imparable. Este refugio en particular se alzó además en una zona además estratégica de Xàbia como era su puerto.
Ahora bien, no se llegó a usar porque Xàbia únicamente sufrió un bombardeo durante la contienda. Y según esta cronología que es tan sólo una hipótesis, ese ataque había sido antes, en julio del 38: tenía como objetivo un campo de aviación con dos pistas de aterrizaje construido en la partida agrícola del Pla, según subraya Bolufer. Por cierto, que aquel bombardeo no provocó ninguna víctima personal: tan sólo murió un burro, como es bien conocido en la localidad.
Reencuentros y oportunidades
La imagen es de los años cincuenta, con el refugio usado como almacén de pesca. |
Durante la construcción del refugio de la Caleta en una ladera de sedimentos arcillosos bastante inestable se produjo un derrumbe que hirió a uno de los operarios. El obrero fue rescatado pero murió poco después. No obstante, uno de los ayudantes que ayudaron a las obras todavía vive –tiene más de noventa años– y su testimonio puede resultar vital para rescatar aquellos dramáticos momentos de guerra.
Una vez concluida esta última, el túnel de la Caleta fue utilizado durante algunas décadas como almacén de pesca: se han hallado restos de aparejos, redes y cuerdas de los barcos pesqueros. El problema es que al final también se usó como basurero –junto a los artes de pesca había una botella de café-licor y diversos escombros–, motivo por el que se cerró probablemente a finales de la década de 1970. Ahora por fin se ha vuelto a entrar, después de los trabajos para desbrozar la maraña de vegetación que taponaba la entrada efectuados hace unas semanas.
Y de este regreso, lo que se puede establecer es que el refugio se encuentra en buenas condiciones. La montaña fue horadada a conciencia. Se trata de una construcción de mampostería que contaba con una preinstalación eléctrica. Aunque el consistorio no dispone de planos –intenta también localizarlos– consta de un entrador y de una sala de forma cuadrada donde debía haber permanecido la población para guarnecerse de las bombas.
Es cierto que en la actualidad soporta mucho peso y filtraciones de agua ya que se encuentra bajo las construcciones que a lo largo del tiempo se han ido edificando en la Caleta. Además, buena parte de la capa de mortero de cemento que cubría su parte sur está destruida. Pero aún así Bolufer sostiene que con una restauración podría hacerse visitable al menos parte de la estructura, la entrada y el primer tramo.
Por ahora tan sólo es una «idea deseable» que contempla el ayuntamiento, en una fase aún muy iniciática. Si se concretara, permitirá rescatar para vecinos y turistas la memoria de la Guerra Civil y los avatares que en la misma sufrió Xàbia como zona de retaguardia republicana. También, la problemática específica de este tipo de refugios antiaéreos, tal y como ya han hecho Alicante o Barcelona, que llevan tiempo musealizando estas estructuras. En Barcelona, cuando el visitante accede a uno de esos refugios, suena una alarma antiáerea: se recrea así un bombardeo y la angostura del lugar permite revivir la angustia que sufría la población cuando acudía a salvar la vida. Este claro ejemplo de historia viva podría trasladarse al refugio de la Caleta debido a lo estrecho de su entrada y a su oscuridad
El emplazamiento restaurado posibilitaría además plasmar la historia del propio puerto de Xàbia: durante mucho tiempo las barcas de pesca amarraban prácticamente a los pies de la Caleta. Por fin, permitiría conservar un patrimonio histórico de primera fila, algo de lo que Xàbia no anda demasiado sobrada: como tantas otras localidades del litoral, ha visto perder un sinfín de vestigios históricos.
De hecho, el municipio llegó a contar con siete refugios. Uno estaba en el convento de las Agustinas. Había además un búnker en el Primer Muntanyar para alojar baterías antiaéreas. Todos estos testigos de la historia fueron desapareciendo. Ahora ha retornado uno. También, una magnífica oportunidad.
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