La Dénia que sufrió 3 ataques navales y un «sinfín» de bombardeos aéreos en
la Guerra Civil
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El ciclo Dénia en guerra dedica
sus últimas cuatro sesiones a reconstruir en la ciudad aquel conflicto, que
dejó decenas de edificios arrasados, y realizar un homenaje al historiador
Emilio Oliver
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Los expertos descubren algunos
escenarios bélicos como la plataforma antiaérea de Les Rotes, un goniómetro en
el Castillo o el refugio inacabado de Temple de San Telm
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Gisbert propone seguir colaborando con
el Ministerio de Defensa para establecer un itinerario permanente sobre los
lugares de esa memoria
Bombardeo sobre el
puerto de Dénia. Fondo: El País Valencià sota les bombes.
El 13 de agosto de 1937, Dénia sufrió su
primer bombardeo desde el inicio de la Guerra Civil, un ataque naval del
crucero de la armada franquista Canarias que escupió fuego
sobre el puerto, hundió el carguero Sac-37, de 835 toneladas
matriculado en Barcelona y provocó numerosas víctimas en la población,
sobre todo en las proximidades de la Caldera del Gas. Uno de los obuses cayó
además sobre una casa de campo y provocó 3 muertos.
El Canarias se convertiría así en uno de los mitos más terribles
de la memoria colectiva de esta ciudad y sería recordado como una
pesadilla durante generaciones. Volvió a protagonizar dos ataques más, el 23 y
el 24 de diciembre de aquel mismo año.
El Canarias.
Y eso sólo por mar. El infierno también vino desde el
aire.
De hecho, el historiador dianense Emilio
Oliver (1923-1984) recordó en La guerra civil española. Vida en una ciudad
de la retaguardia republicana –publicado
en 1974– que Dénia sufrió «incontables ataques aéreos» por parte de
la pava de Mussolini, que tenía su sede en Palma de Mallorca:
el primero, el 2 de octubre también de aquel 37 volvió a cebarse en el puerto y
«partió en dos la escollera norte». El siguiente se produjo el 12 de octubre,
concentró su artillería en Les Marines y originó cinco muertos.
Oliver evoca otro ataque más el 8 de julio de 1938 y
asegura que por esas fechas los bombardeos eran «diarios o casi diarios». Fue
entonces cuando se construyó el refugio bajo el Castillo para cobijar a la
población civil.
Los aviones fascistas escupieron por última vez obuses
y metralla sobre Dénia el 28 de marzo de 1939 en un postrero ataque que
siempre ha tenido difícil justificación, pues por aquel entonces ya no
quedaba resistencia en esta ciudad de la retaguardia republicana, como tituló
Oliver.
Según su recuento, durante toda la contienda en
la ciudad quedaron destrozados completamente 22 edificios mientras que
otros 31 lo fueron parcialmente. Siete barcas de pesca fueron hundidas.
Oliver extrajo todas aquellas conclusiones combinando sus propios recuerdos de
infancia con una labor de investigación, especialmente en el Arxiu Municipal de
Dénia.
En
honor a la memoria histórica
Desde esta plataforma
en Les Rotes habrían actuado unidades de artillería del Ejército Republicano.
Por una cuestión de «reivindicación de
la memoria histórica», tal y como señala el jefe municipal de Arqueología,
Josep Antoni Gisbert, el ciclo Dénia en guerra destinará sus últimas
cuatro sesiones –un número más que significativo– a la Guerra Civil en el
municipio. Y rematará todo el ciclo con un homenaje a Oliver que tendrá
lugar el próximo 28 de octubre en el Ayuntamiento de Dénia.
Antes hablarán especialistas sobre la materia para
redescubrir nuevas memorias. Dos de ellos lo harán este jueves a las 19.30
horas en la sala del Castell a partir de las 19.30 horas: primero, el
historiador Eladi Mainar, quien aportará la memoria gráfica de aquel
conflicto, con impresionantes imágenes aéreas.
Y después, Vicente Larios, de la Asociación de
Veteranos y Reservistas del Ejército, quien se pasó meses investigando «cientos
de folios» sobre documentos oficiales en el Archivo Militar de Ávila, muchos de
ellos vinculados a Dénia.
La labor de Larios pone en entredicho
algunas de las certezas que conservaba la memoria colectiva de Dénia: por
ejemplo, que el ataque naval a la ciudad del 13 de agosto del 37 pudo no haber
sido obra del Canarias sino
de un crucero gemelo, el Baleares, que resultó hundido en la contienda. Como ambos
buques eran prácticamente idénticos y el cuaderno de bitácora del Baleares se perdió, la verdad no puede establecerse con
seguridad.
Lo que sí es evidente, según Larios, es que Dénia
sufrió mucho en la segunda parte de la guerra, «cuando empiezan los
bloqueos sobre los puertos republicanos». De ahí que se destinaran a esta
ciudad unidades sobre todo de artillería con la misión de defender la costa.
Goniómetro en el
castillo.
Existen aún hoy algunos rastros de los escenarios
bélicos de aquel periodo. Gisbert alude a una estructura de hormigón con una
rosa de los vientos, un goniómetro ubicado frente al Palau del Governador,
desde cuya privilegiada posición se erigió en todo un observador de los
hostigamientos aéreos.
Plataforma de Les
Rotes.
Dénia
en guerra dedicará su visita del sábado 22
de octubre a partir de las diez y media de la mañana a visitar otro de esos
escenarios, una plataforma de defensas antiaéreas en las que habrían actuado
algunas de esas unidades militares de las que hablaba Larios, ubicada en la
Venta del Burro, en Les Rotes.
En cuanto a los refugios no sólo existió el que hoy
puede contemplarse bajo la montaña del Castillo sino otro en la calle Temple de
Sant Telm que no llegó a acabarse pero del que se excavaron más de veinte
metros y que según Gisbert también pudo oser empleado por la
población civil.
A la problemática tanto de los refugios como de
las fortificaciones para la defensa pasiva dedicará su conferencia el
jueves 27 el académico Francisco Taberner. Dénia contó con otros elementos: por
ejemplo nidos de ametralladoras que han desaparecido de su costa, especialmente
uno que se encontraba en Les Deveses.
De
cara al futuro
Por toda esta memoria, el área
municipal de Arqueología mantiene su interés en seguir colaborando con el
Ministerio de Defensa –administración con la que ya ha ensamblado este ciclo
de Dénia
en guerra a punto de concluir–. Y con dos objetivos.
En primer lugar, subraya Gisbert, para poner en valor
todos los estudios sobre la trayectoria bélica de una ciudad «que fue una plaza
militar milenaria, desde el siglo I a.d.C, en el que la Dianum romana fue base
de la flota de Sertorio, hasta la Guerra Civil.
Y respecto a esta última para establecer un
itinerario permanente sobre sus principales escenarios que cuente con un plano,
una guía y visitas guiadas permanentes. El objetivo «reconstruir la Dénia
de 1936-39 tal y como se ha hecho con éxito en otras ciudades como Madrid y
ofrecer al visitante contenidos temáticos que le permita conocer en profundidad
aquellos sucesos».
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