Con el tiempo, ambos serán visitables puesto que su estructura de hormigón les ha permitido aguantar todo este tiempo. No ha ocurrido lo mismo con otros como el de las plazas del Carmen o de Quijano, construidos con ladrillo y que se han deteriorado mucho.
La Concejalía de Imagen Urbana, con la colaboración de la Diputación Provincial de Alicante, han costeado este trabajo de investigación, recopilación y una primera puesta en valor de los refugios antiaéreos de Alicante como elemento cultural e histórico de la ciudad. Están incluidos dentro del Plan Especial de Protección Arqueológica y, por tanto, no se pueden perder.
Y es que el Ayuntamiento ha rastreado durante más de dos años todos estos refugios creados a partir de 1938, con ayuda de historiadores y expertos. Las indagaciones hacen creer que se llegaron a construir 97 refugios, con capacidad para albergar a los 108.000 habitantes censados entonces de la ciudad, por lo que faltan tres cuya ubicación se desconoce.
La idea que mantiene todavía el Consistorio es poder abrirlos para el conocimiento de los escolares y alicantinos en general. Su intención es que pueda albergar en su interior una exposición o proyección audiovisual sobre el papel que desempeñaron estas construcciones durante la Guerra Civil.
Por el momento, explican desde el Consistorio y la Diputación, todavía no es viable económicamente reformar todas estas estructuras. Pero los primeros pasos se han dado, como demuestran la creación del logotipo que señala la ubicación de los refugios (a la derecha) y un primer diseño de cómo quedará el subterráneo de la plaza Balmis (en la imagen superior).
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